El proceso de duelo complejo y multifacético que todos enfrentamos en los dos momentos más drásticos de nuestras vidas: al nacer y al morir. Además, nuestro ciclo de vida está repleto de cambios, nos guste o no. Pese a esta ley que todo lo regula, la ley de la impermanencia, ante los cambios que no nos gustan, muchas veces no estamos preparados para gestionarlos. Sin embargo, la pérdida es una experiencia profundamente humana que nos desafía a enfrentar lo que no queremos que sea como es, a afrontar el dolor y encontrar formas de superación y transformación.
En este artículo, exploraremos las diferentes formas en que procesamos los duelos, desde las reacciones normales hasta las más complejas. Comprender estos distintos caminos nos permite reconocer nuestras propias experiencias y limitaciones para tener más claridad en cómo queremos atravesar este viaje psicológico que es el proceso del duelo.
Duelo normal
El duelo normal es aquel en el que experimentamos una serie de reacciones emocionales que pueden durar entre 6 y 18 meses. Por ejemplo, después de la muerte de un ser querido, es común sentir cualquiera de las emociones que caracterizan las fases del duelo como la ira, la tristeza y la culpa, pero con el tiempo estas emociones pueden dar paso a la aceptación y la reconstrucción de nuestras vidas.
Duelo superado por la pérdida
El duelo patológico ocurre cuando nos vemos abrumados por la pérdida, lo que resulta en una ruptura del equilibrio físico y emocional. Por ejemplo, si una persona experimenta una pérdida y se sumerge en un estado de depresión grave sin mostrar signos de mejoría con el tiempo, podría indicar un duelo patológico.
Duelo crónico o prolongado
El duelo crónico o duelo prolongado se manifiesta cuando las reacciones del duelo persisten durante años y la persona afectada tiene dificultades para reintegrarse socialmente. Por ejemplo, alguien que perdió a un ser querido hace décadas, pero aún experimenta un dolor abrumador y dificultades para funcionar en la vida diaria podría estar experimentando un duelo crónico.
Duelo anticipado
En el duelo anticipado, percibimos la pérdida como inevitable antes de que ocurra, lo que puede disminuir la intensidad de las reacciones durante el proceso de duelo. Por ejemplo, cuando una persona tiene un ser querido en cuidados paliativos y se va preparando para procesar la pérdida antes de que ocurra.
Duelo retardado
La reacción diferida ocurre en personas que, inicialmente, pueden mantener el control de la situación, pero luego experimentan el duelo no resuelto debido a la negación o la falta de tiempo para procesar adecuadamente los cambios que van con la pérdida. Por ejemplo, alguien que parece estar bien después de una ruptura de pareja repentina, pero años más tarde experimenta un profundo dolor y tristeza al evocar este duelo no resuelto en una nueva relación de pareja que también llega a su fin.
Duelo ambiguo
El duelo ambiguo surge cuando la pérdida no la experimentamos físicamente, como en el caso de personas desaparecidas por cataclismos o guerras. La falta de cierre y la incertidumbre pueden complicar el proceso de duelo ya que nunca se obtiene respuestas sobre su paradero, lo que impide cerrar el ciclo de duelo de manera adecuada.
El proceso de duelo
El proceso de duelo es único para cada individuo y puede presentar una variedad de desafíos. Si te encuentras en medio de este viaje, recuerda que no estás solo. Busca apoyo en tus seres queridos, en comunidades de apoyo, en blogs especializados en procesos de duelo y encontrando ayuda en un psicólogo especializado en duelo.
Permítete cuidar de ti mismo y procesar las consecuencias más o menos conscientes de esta pérdida en tu vida. Puedes honrar lo que ya no puede ser y darte el tiempo que necesitas para elaborar la pérdida. Recuerda que el duelo es un proceso natural y que, con el tiempo y el apoyo adecuado, encontrarás la paz y la aceptación.
¿Te sientes identificado con alguno de estas maneras de procesar el duelo? ¿Qué pasos estás tomando para enfrentar tu pérdida?
Si necesitas apoyo adicional o deseas compartir tu experiencia, no dudes en contactarme. Estoy aquí para acompañarte en tu camino de sanación y transformación.