La reflexión de un hombre con una fuerza personal sobrecogedora…hablamos de Rafa Nadal, quien nos da su opinión: "Es vital, la salud mental hay que entrenarla".
En este enlace de la imagen de la pelota de tenis, disfrutamos de una breve entrevista, en la Rafa Nadal lanza un mensaje claro para entrenar la salud mental: ética, disciplina y resiliencia y todo esto ACOMPAÑADOS DE PROFESIONALES RECONOCIDOS.
Anoto el contenido que más nos llama la atención:
“Desde mi punto de vista y desde mi ética, que es subjetiva…
si quiero ser ejemplo de algo es para parar más tarde que más pronto
nos hacemos débiles mentalmente…uno tiene que trabajar con profesionales sin ninguna duda…además hay que entrenarla …entrenamos la frustración o la salud mental uno tiene que HABERSE DADO MUCHAS OPORTUNIDADES antes de parar…” Rafael Nadal.
Retomamos el concepto de ética que, como nos dice Nadal es subjetivo, y formulemos la siguiente pregunta:
¿ENTRENAMIENTO EN SALUD MENTAL PARA UNOS POCOS O PARA TODOS?
En España, según el INE, hay 6 millones de personas con ansiedad o depresión y hay 3 millones de personas que acuden a terapia psicológica. AL MENOS, 3 millones no están recibiendo la ayuda que necesitan...y los que van a terapia, la gran mayoría lo hacen en consultas privadas.
Y ¿Cuánto cuesta ir a una consulta privada en España? Una media de 300 € al mes.
¿Dónde queda la salud mental para las personas que no pueden permitirse esa inversión, dónde queda la salud mental PARA TODA LA SOCIEDAD?
Como psicóloga clínica, estoy abrumada por la falta de asistencia psicológica para todos,
A nivel personal, he escrito una trilogía para que valiosas herramientas lleguen a TODOS.
Los personajes de mis dos libros (una novela de resiliencia además de un libro de autoayuda) también se entrenan en su salud mental. Comparto este párrafo:
” ...repasábamos el contrato del inicio para ver dónde había que reforzar el compromiso. Los dos hacían con regularidad la meditación de las mañanas. Recurrían a las tres respiraciones profundas hasta cuatro veces al día cuando necesitaban centrarse. También estaban más atentos a lo que pensaban y lo que sentían desde la posición del «observador» o «testigo interior», que no se implica, no juzga y cultiva una visión amplia de águila. Entrenaban la disciplina mental para llevar su mente a donde querían, en vez de que los estímulos ajenos les barrieran a ellos. Habían comprendido que la capacidad de dirigir el foco de atención a donde querían dependía de uno mismo.”
Pág. 86 de “Detrás del arcoíris. La superación”. Premio ILBA al mejor libro de transformación 2021
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