CRISIS DE IDENTIDAD EN ADULTOS
- mnwodnik
- hace 1 día
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MÁS ALLÁ DE LA ADOLESCENCIA, DIVORCIOS, MATERNIDAD, ENVEJECIMIENTO Y OTROS CAMBIOS VITALES La idea de que las crisis de identidad solo ocurren en la adolescencia es una simplificación que puede invisibilizar el malestar de muchas personas adultas. En realidad, la crisis de identidad en adultos es un fenómeno más común y profundo de lo que solemos admitir. No aparece necesariamente por un evento repentino o traumático, sino por el desgaste silencioso de los roles, las expectativas y, por tanto, las identidades que van cambiando con el paso del tiempo.
Un divorcio, el envejecimiento, la maternidad, el nido vacío o la sensación de que la vida ha seguido sin contar con nosotros, pueden actuar como disparadores. A menudo, estas crisis llegan con una pregunta que incomoda, aunque también nos propulse hacia algo más profundo: “¿Quién soy ahora?”. Y a veces, para complicarlo aún más, viene acompañada de su hermana gemela: “¿Y qué sentido tiene todo esto?”
Si la adolescencia fue una obra de teatro experimental sobre “buscarse a uno mismo”, la adultez es el libro de la vida, con menos música, entretenimiento y más responsabilidades.

En este artículo exploraremos:
1. QUÉ ES UNA CRISIS DE IDENTIDAD EN LA ADULTEZ
Una crisis de identidad en adultos se manifiesta cuando las certezas sobre uno mismo se tambalean: lo que antes nos definía como persona ya no encaja, ya no motiva o ha perdido sentido. A menudo aparece en momentos de transición vital: cambios de etapa, separaciones, hijos que crecen, pérdidas o incluso logros que no traen la satisfacción esperada.
Según Erik Erikson, la identidad se construye y reconstruye a lo largo de la vida. No es un punto fijo, sino una narrativa que se adapta al momento vital. Cuando esa narrativa se interrumpe, surge en nosotros la sensación de vacío, desconexión o confusión. Esto puede generar ansiedad, tristeza, desorientación o una fuerte sensación de “no reconocerse”. En el mar de fondo lamentamos una pérdida de algo a lo que nos habíamos apegado.
En la crisis de identidad en adultos, el pasado ya no sirve como ancla y el futuro aún no tiene forma. Nos toca aventurarnos a explorar más allá de definiciones meramente aceptadas por nuestra cultura o condicionamientos externos.
2. ESTRATEGIAS PRÁCTICAS PARA ATRAVESAR UNA CRISIS DE IDENTIDAD EN LA VIDA ADULTA
Identificar los detonantes de la confusión o malestar actual
Reflexionar sobre qué situaciones, roles o cambios activaron el cuestionamiento.
Revisar las creencias sobre “cómo debería ser” la adultez
Detectar expectativas externas que generan frustración.
Aceptar la ambivalencia emocional
Validar que es posible sentirse triste y al mismo tiempo con ganas de reconstruirse. Gestionar nuestras emociones con sabiduría.
Diferenciar el yo real del yo social
Explorar cuánto de lo que haces responde a lo que esperas de ti y cuánto a lo que otros esperan.
Conectar con valores personales actuales
A veces cambian con la edad. Redefinir qué te importa hoy y cómo te quieres.
Permitir la transformación del rol abordando el miedo a la pérdida
Ser madre, profesional o pareja no es lo mismo a los 30 que a los 50. Aplicar la impermanencia como una ley que regula todo, nos ayudará.
Practicar el autodiálogo amable
Hablarte como lo harías a alguien a quien quieres profundamente.
Buscar espacios de expresión auténtica
Ya sea a través del arte, escritura o relaciones donde puedas ser tú sin filtros.
Consultar con un profesional
La terapia puede ser el espacio donde todo esto se acomode acompañado por un profesional, que al igual que yo, te escucha sin juicio.
Confiar en el proceso de cambio sin necesidad de tenerlo todo claro
La claridad no siempre es el inicio. A veces es parte del proceso.
Ojalá que te puedan servir estas estrategias diseñadas para abordar la crisis de identidad en adultos desde lo emocional, lo cognitivo, lo relacional y lo existencial.

3. EJEMPLO PRÁCTICO
Julián, 52 años, se acaba de jubilar. Toda su vida laboral la dedicó a una sola empresa. Los primeros días de “libertad” fueron extrañamente dolorosos. Se sentía inútil, desorientado, incluso avergonzado de no tener una agenda. En terapia empezó a trabajar con aceptación para reconectar con valores olvidados: la naturaleza, la fotografía, la escritura. No se trató de reemplazar su rol laboral por otro igual de productivo, sino de permitir que emergiera un nuevo relato de sí mismo, más amplio y auténtico.
Como muchos, Julián no estaba deprimido: estaba reubicándose.
4. DIFERENTES ENFOQUES TERAPÉUTICOS PARA ABORDAR UNA CRISIS DE IDENTIDAD EN ADULTOS
Distintas corrientes terapéuticas abordan esta experiencia desde ángulos complementarios. Un enfoque integrativo permite atender las múltiples capas de esta crisis.
Psicología Humanista: Favorece el contacto con los valores personales, la autenticidad y el autoconocimiento. Acompaña el redescubrimiento de un sentido más profundo y libre de condicionamientos externos.
Terapia Cognitivo-Conductual (TCC): Ayuda a detectar patrones de pensamiento rígido del tipo “ya no tengo arreglo” o “he desperdiciado mi vida”. Se trabaja en flexibilizar creencias, validar emociones y construir nuevas formas de ver el presente.
Terapia Sistémica: Analiza el lugar que ocupamos dentro de nuestra red de vínculos. Muchas veces, la identidad adulta se ha formado por lealtades familiares inconscientes o mandatos no cuestionados.
Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT): Ofrece herramientas para dejar de luchar contra el malestar y empezar a actuar desde lo que verdaderamente importa, aunque no haya certezas. Aceptar la incomodidad como parte del camino es clave para recuperar dirección.
Todas estas perspectivas permiten abordar la crisis de identidad en adultos de forma profunda, reconociendo la complejidad emocional, relacional y existencial que implica.

5. REFLEXIÓN FINAL Y CIERRE
“No hay despertar sin crisis, ni evolución sin cambio”
Una crisis de identidad en adultos no obedece a un fallo, sino una puerta de paso de un espacio a otro. A veces, lo que duele no es lo que falta, sino lo que ya no nos sirve y aún intentamos sostener.
Como el caracol que necesita cambiar de concha cuando la anterior se queda pequeña, el alma también pide mudanza.
¿Estás intentando mantener una identidad que ya no te representa? ¿Te das permiso para redefinirte sin certezas absolutas?
Acompañar estos procesos desde la psicoterapia es parte de mi trabajo como psicóloga clínica integrativa. Si sientes que este momento vital te está pidiendo una pausa y una nueva mirada, puedes contar conmigo. A veces, compartir tus dudas las convierte en mapa. Te acompaño a descubrir cómo entraste y cómo salir del laberinto.