Desde pequeños, la educación que recibimos en casa y en la sociedad moldea un concepto sobre nosotros mismos basado en los estándares culturales del momento y en comparaciones con nuestros compañeros, hermanos, primos o vecinos. Rara vez se nos enseña a querernos, amarnos y cuidarnos a nosotros mismos, de la misma manera que se enseña a un niño a cuidar a un perrito recién nacido. ¿Te has detenido a pensar en cómo esto afecta la forma en que te valoras a ti mismo?
Estas lecciones tempranas pueden tener profundas consecuencias en nuestra autoestima, llevando a que aprendamos a amarnos solo si cumplimos con ciertas expectativas, en lugar de aceptarnos y amarnos incondicionalmente.

¿Te identificas con esta lucha interna entre lo que se espera de ti y tu verdadero yo? ¿Te sientes valorado solo cuando alcanzas ciertos estándares? Reflexionar sobre estas preguntas es el primer paso para entender cómo nuestra autoestima se ha formado y cómo podemos comenzar a reconstruirla desde una base más amorosa y compasiva, y además, trabajándola a través de una terapia psicológica individual.
En este artículo exploraremos:
¿QUÉ ES LA AUTOESTIMA?
La autoestima es la valoración que hacemos de nosotros mismos. Es la percepción subjetiva de nuestro propio valor, basada en la autocomprensión y el autoconcepto. Esta percepción puede influir en nuestras emociones, comportamientos y en la manera en que nos relacionamos con los demás. Una autoestima saludable nos permite enfrentar los desafíos con confianza y resiliencia, mientras que una baja autoestima puede limitarnos y afectarnos negativamente en múltiples aspectos de la vida, llevándonos inclusive a sufrir episodios de ansiedad o depresión.
DIFERENCIA ENTRE AUTOESTIMA Y AUTOCONCEPTO
Es importante distinguir entre autoestima y autoconcepto, aunque están estrechamente relacionados. El autoconcepto se refiere a la imagen que tenemos de nosotros mismos, es decir, cómo nos vemos y describimos nuestras características, habilidades y roles. La autoestima, en cambio, es la valoración emocional de esa imagen. Mientras que el autoconcepto responde a la pregunta "¿Quién soy?", la autoestima responde a "¿Qué valor tengo, me doy o me dan los demás?".
FACTORES QUE INFLUYEN EN LA AUTOESTIMA
La autoestima se ve influenciada por diversos factores a lo largo de nuestra vida, entre los que se incluyen:
Experiencias de la infancia: Las primeras interacciones con padres, maestros y compañeros moldean nuestra percepción de nosotros mismos.
Logros y fracasos: Las experiencias de éxito y fracaso en distintas áreas (académica, social, profesional) impactan nuestra autoestima.
Relaciones interpersonales: La calidad de nuestras relaciones con amigos, familiares y colegas influye en cómo nos valoramos.
Relaciones de pareja: Las experiencias en la pareja marcan cómo nos relacionamos con nosotros mismos.
Comparaciones sociales: Compararnos con los demás, especialmente en la era de las redes sociales, puede afectar nuestra autoestima.
Autoimagen corporal: La percepción de nuestro propio cuerpo y apariencia física juega un papel significativo en nuestra autoestima ya que influyen directamente sobre nuestro autoconcepto.

CUESTIONARIO SOBRE LA AUTOESTIMA
Para ayudarte a reflexionar sobre tu autoestima, te proponemos el siguiente breve cuestionario. Responde con sinceridad, usando una escala del 1 al 5, donde 1 significa "Nunca" y 5 significa "Siempre":
¿Te sientes valioso y digno de amor y respeto?
¿Cómo reaccionas ante los errores y fracasos?
¿Te comparas frecuentemente con los demás?
¿Aceptas tus imperfecciones y las de los demás?
¿Eres capaz de establecer y mantener límites saludables en tus relaciones?
¿Reconoces y celebras tus logros y cualidades?
¿Cómo manejas las críticas y el rechazo?
¿Te sientes cómodo expresando tus opiniones y sentimientos?
¿Practicas el autocuidado y te das tiempo para ti mismo?
¿Confías en tus habilidades para enfrentar desafíos?
¿Cómo interpreto los resultados?
40-50 puntos: Indica una autoestima alta y saludable. Te valoras a ti mismo y confías en tus habilidades para manejar la vida.
30-39 puntos: Sugiere una autoestima moderada. Aunque tienes una percepción positiva de ti mismo, podrías beneficiarte de trabajar en áreas específicas para fortalecer tu autoestima.
20-29 puntos: Señala una autoestima baja. Es posible que te sientas inseguro y tengas dificultades para valorarte. Considera buscar apoyo para mejorar tu autoestima.
Menos de 20 puntos: Indica una autoestima muy baja. Puede que experimentes sentimientos de inutilidad, fracaso y te resulte difícil enfrentar los desafíos. Es recomendable buscar ayuda en psicoterapia para trabajar en tu autoestima.
Recuerda que este cuestionario es una herramienta de autoevaluación y no sustituye el diagnóstico profesional. Si te preocupa tu autoestima, considera hablar con un psicólogo o terapeuta para obtener apoyo y orientación.
LA AUTOCOMPASIÓN COMO PILAR DE LA AUTOESTIMA
La autocompasión es una herramienta fundamental para fortalecer la autoestima. Consiste en tratarnos a nosotros mismos con la misma amabilidad y comprensión que ofreceríamos a un buen amigo. Según Kristin Neff, experta en autocompasión, esta práctica se basa en tres componentes:
Amabilidad hacia uno mismo: Ser gentiles y comprensivos con nosotros mismos en momentos de dolor o fracaso.
Humanidad compartida: Reconocer que el sufrimiento y la imperfección son parte de la experiencia humana.
Mindfulness: Mantener una conciencia equilibrada y sin juicio de nuestros pensamientos y emociones.
Otras formas de trabajar la autoestima
Además de la autocompasión, existen diversas estrategias para trabajar y mejorar la autoestima:
Terapia: Ayuda a identificar y modificar pensamientos y creencias negativas sobre uno mismo. Resetea tus aprendizajes sobre tu amor equivocado para sustituirlo por un amor hacia ti mismo sano y equilibrado. Te propone enfocar tus relaciones afectivas alineándolas con tus metas.
Mindfulness y meditación: Fomentan la autoconciencia y la aceptación de ti mismo.
Establecimiento de metas realistas: Fijar y alcanzar objetivos alcanzables puede mejorar la percepción de competencia y valía personal.
Escritura terapéutica o journaling: Escribir sobre nuestras experiencias y emociones puede ayudarnos a procesarlas y a entendernos mejor.
Desarrollo de habilidades sociales: Mejorar nuestras habilidades de comunicación y relación con los demás puede aumentar la confianza en nosotros mismos.
EJERCICIO: “PLANO DE TU AUTOCUIDADO O SELF-CARE VISION BOARD” DE KRISTIN NEFF
Una excelente manera de cultivar la autoestima y la autocompasión es a través del ejercicio desarrollado por Kristin Neff. Este ejercicio consiste en crear un tablero de visión enfocado en el autocuidado. Para empezar, recoge revistas, imágenes, citas inspiradoras y cualquier material que te resuene. Dedica un tiempo a reflexionar sobre lo que significa para ti el autocuidado: ¿Qué actividades te hacen sentir bien? ¿Qué palabras te inspiran? ¿Qué visuales representan tu bienestar? Recorta y pega estas imágenes y citas en un tablero o una cartulina, creando una representación visual de tu compromiso con el cuidado personal. Coloca tu plano en un lugar visible y recuérdate a diario la importancia de cuidarte y tratarte con la misma amabilidad y compasión que mostrarías a un ser querido. Este ejercicio no solo te ayudará a mantenerte enfocado en tus prácticas de autocuidado, sino que también te servirá como una herramienta motivacional en tu camino hacia una autoestima más fuerte y saludable.
La autoestima es un pilar esencial para nuestro bienestar emocional y mental. Entender qué es, cómo se diferencia del autoconcepto, y los factores que la influyen es el primer paso para mejorarla. Practicar la autocompasión y emplear diversas estrategias pueden ayudarnos a fortalecer nuestra autoestima y a vivir una vida más plena y satisfactoria. ¿Estás listo para empezar este viaje hacia una mayor autoaceptación y amor propio?