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¿Cómo es el duelo por un suicidio?

El duelo por suicidio es, quizás, uno de los senderos más arduos y solitarios que podemos recorrer en nuestra vida. Se trata de un viaje marcado por el dolor, la confusión, la culpa y, a menudo, un profundo sentimiento de soledad. Sin embargo, aunque este camino parezca intransitable, hay luz más allá de la oscuridad.



Duelo por suicidio. Dos mujeres se dan la mano para apoyarse por la pérdida de un familiar que se ha suicidado.
Duelo por suicidio. Dos mujeres se dan la mano para apoyarse por la pérdida de un familiar que se ha suicidado.


En este artículo exploramos:



EMOCIONES DURANTE EL DUELO POR SUICIDIO

¿Alguna vez te has sentido perdido en medio de la tormenta, buscando desesperadamente un faro que guíe tu camino? Así es como muchos describen su experiencia tras la pérdida de un ser querido por suicidio. Las emociones se entrelazan formando un laberinto de tristeza, ira, culpa, impotencia y, en ocasiones, alivio entre otras. Son reacciones naturales, partes integrantes del proceso de duelo.

Es crucial reconocer y validar estos sentimientos. Cada emoción, por más contradictoria que pueda parecer, surge por algo y es positivo darle su lugar en tu proceso de duelo. Permítete abordar todo lo que acontezca tal y cómo tú lo sientas, permítete llorar y, más importante aún, permítete buscar ayuda. Encontrar un espacio seguro donde expresar estas emociones sin miedo ni juicio es fundamental para tu evolución, para poder transitar estos durísimos momentos. 


El autocuidado se convierte en un pilar esencial durante este tiempo. ¿Has considerado dedicar un momento del día a conectar contigo mismo, más allá de tus pensamientos y emociones? Ya sea a través de la meditación, la escritura, o simplemente, respirando profundamente. Se trata de intentar ir más allá de la mente; esto solo puede hacerte bien. Estas pequeñas acciones son pasos significativos en tu camino hacia tu equilibrio interior. 


Además, abrazar el amor en todas sus formas puede ser transformador. Hablamos del amor hacia uno mismo, hacia los demás, y hacia la vida misma. Puede que te resulte inimaginable o imposible, sin embargo, en algún momento te conviene recordar y celebrar la vida de quien se ha ido, reconociendo el dolor de su pérdida, pero también la luz que trajeron a tu vida. 


Comprender el duelo por suicidio requiere de una profunda empatía y compasión, tanto hacia nosotros mismos como hacia los demás. Es un camino que no debemos caminar solos. Buscar apoyo, ya sea en amigos, familiares, o profesionales, es un acto de valentía y de sensatez. No encontrar apoyos te lleva a alargar el proceso de duelo por suicidio.



Currículum de pérdidas
Currículum de pérdidas



DUELOS SECUNDARIOS EN EL DUELO POR SUICIDIO

El duelo por suicidio trae consigo una serie de duelos que pueden ser tan abrumadores como el duelo principal. A veces nos conectan con duelos acumulados ya antes de la pérdida actual. Para comprendernos mejor podemos hacer un curriculum de pérdidas. Reconocer nuestros duelos es el primer paso para abrazar nuestra sanación:


  • Pérdida de apoyos, hábitos, personas, roles: Con el fallecimiento por suicidio de la persona querida también cambian las causas y condiciones que teníamos en común. Así por ejemplo ante el duelo por el suicidio de un hijo, además de perderlo, los padres, sumidos en un abrumador dolor, pueden dejar de estar tan presentes para los hijos que viven o dejar de practicar un deporte que le recuerda a su hijo fallecido etc.


  • Pérdida de las relaciones tal como las conocíamos: El suicidio altera la naturaleza de nuestras relaciones, dejándonos con preguntas sin respuesta y recuerdos compartidos que ahora duelen y/o confunden.


  • Pérdida de la seguridad y estabilidad: Este tipo de pérdida puede sacudir nuestros cimientos, haciendo que nos sintamos vulnerables en un mundo que parece haber perdido sentido.


  • Pérdida de la identidad propia: Nuestro sentido del "yo" puede verse afectado, especialmente si parte de nuestra identidad estaba entrelazada con la persona que hemos perdido, como es el caso en familiares cercanos o la pareja.


  • Pérdida de la comunidad o apoyo social: En algunos casos, puede surgir el aislamiento social, ya sea por el estigma asociado al suicidio o por la incomodidad de otros ante nuestro dolor.


  • Pérdida de futuro: Los planes, sueños y expectativas que teníamos con esa persona se ven abruptamente cortados, dejándonos con un futuro desconcertante.


  • Pérdida de fe: En muchas ocasiones dudamos de la bondad de ese dios en el que creemos o creíamos.

PAUTAS O CONSEJOS PARA NAVEGAR EL DUELO POR SUICIDIO

Aquí se presentan algunas recomendaciones que pueden ayudar a transitar este camino lleno de obstáculos y desafío:


  • Buscar espacios seguros de expresión: Encontrar grupos de apoyo o psicólogos especializados en duelo por suicidio donde compartir los sentimientos sin miedo al juicio o a molestar a otros.


  • Permitirse sentir: No hay una manera correcta o incorrecta de vivir el duelo. Permitirse experimentar toda la gama de emociones sin censura.


  • Cuidar de la salud física y mental: Mantener rutinas que fomenten el bienestar, como una alimentación equilibrada, ejercicio moderado, paseos, encuentros con la naturaleza y prácticas de mindfulness o meditación.


  • Crear rituales de recuerdo: Honrar la memoria del ser querido de maneras que sean significativas para uno mismo, como escribirle cartas, plantar un árbol en su honor o crear un álbum de fotos.


  • Informar y educar: Aprender sobre el proceso de lo que es un suicidio. Además, compartir ese conocimiento puede ayudar a combatir el estigma y promover una mayor comprensión y apoyo hacia quienes atraviesan esta experiencia.


  • Darse permiso para seguir adelante: Avanzar no significa olvidar. Uno de los grandes desafíos es superar la culpa que no es sana, que no facilita avanzar en el túnel del duelo. Atreverse a estar bien pese al suicido es, a veces, todo un desafío. Es posible llevar el recuerdo del ser querido consigo, de una manera que honre su ausencia y que sea adaptativa mientras se encuentran formas de vivir y encontrar alegría nuevamente.


  • Participar en grupos de duelo: Unirse a grupos de duelo puede proporcionar un sentido de comunidad y comprensión. Compartir la experiencia con otros que han vivido situaciones similares puede ser increíblemente sanador y proporcionar una perspectiva valiosa.


  • Buscar ayuda psicológica personalizada: La ayuda de un profesional experto en duelos puede ser fundamental en el proceso de sanación. Un psicoterapeuta puede ofrecer un espacio individualizado para trabajar a través de las emociones y desafíos específicos en un entorno seguro y de apoyo.


DUELO POR SUICIDIO DE UN HIJO

En el doloroso proceso de duelo por cómo cambia la vida despues de la muerte de un hijo,  si la causa es que se ha quitado la vida, el duelo es aún más doloroso y difícil. Además de lo comentado en este artículo es común que los padres y familiares carguen con un profundo sentimiento de culpa. Se encuentran sumidos en un mar de "y si hubiera...". Es muy habitual la autoculpabilización y los autorreproches:

  • Sentirse culpables por seguir vivos mientras su hijo no.

  • Lamentar no haber percibido las señales de un sufrimiento inabordable.

  • Creer que los problemas eran meras fases que se superarían con el tiempo.

  • Pensar que no indagaron lo suficiente en el entorno de su hijo para entender lo que estaba pasando.

  • Considerar que los comportamientos eran simplemente llamadas de atención o problemas menores.

  • Sentir que no dedicaron el tiempo o el amor necesario.

  • Creer que fallaron en su deber de proteger.

  • Reconcomerse por la última discusión o desacuerdo; esto puede marcar profundamente.

  • Sentir rabia dirigida hacia uno mismo y hacia los profesionales por no haber ofrecido la ayuda necesaria, hacia el ser querido por rendirse, o incluso hacia la vida o creencias espirituales. 

  • Sentirse avergonzado. El sentimiento de fracaso surge al pensar en los consejos ignorados, promesas incumplidas, y en la carencia de una despedida significativa o una explicación por escrito, reforzando la sensación de no haber sabido cuidar o proteger.


LA CULPA

Para afrontar estas cargas, es vital trabajar hacia la liberación de la culpa, comprendiendo que:

  • No es posible estar constantemente vigilantes, incluso si la persona había expresado pensamientos suicidas.

  • No se puede monitorear a alguien las 24 horas del día, a pesar de que haya habido intentos previos de suicidio.

  • Es importante aceptar que hay aspectos de la vida que escapan a nuestro control.

  • El peso de la culpa genera un profundo dolor y angustia. Identificarla y enfrentarla es un paso crucial hacia el alivio.

  • La culpa se nutre de emociones como el remordimiento por acciones realizadas o no, acompañado del convencimiento erróneo de que se podría haber evitado la tragedia, llevando a muchos a sentirse directamente responsables de la pérdida.

  • El grado de responsabilidad propia por las acciones finales de nuestro ser querido, es cuestionable.

  • Hay una culpa sana y otra que no lo es. Reflexionar sobre el origen real del sentimiento de culpa.

  • La culpa tiene una función en el túnel de duelo. Averiguar su función, aceptarla puede ser un paso más hacia la sanación.


Es crucial entender que la culpa nos distancia de la memoria de quien hemos perdido, nublando nuestro recuerdo de cómo realmente fue esa persona. Esta culpa también nos paraliza, impidiéndonos mirar hacia adelante y explorar nuevas posibilidades de vida y relaciones. Trabajar en deshacernos de esta culpa mediante un análisis racional puede ser un paso hacia reconectar con nuestro ser querido, permitiéndonos recordarlo por lo que verdaderamente fue y no por las circunstancias de su partida. La culpa insana nos envuelve en temores, atrapándonos en un vacío donde los esfuerzos realizados para ayudar parecen desvanecerse, dejándonos únicamente con la sensación de no haber hecho suficiente.


Además, un tipo particular de culpa emerge cuando, tras un proceso de duelo, comenzamos a sentirnos mejor. A medida que recuperamos la energía y empezamos a reintegrarnos a la vida, el disfrute de momentos felices o el simple acto de sonreír puede desencadenar la sensación de que estamos traicionando u olvidando a la persona fallecida. Esta percepción puede llevar a algunos a negarse la posibilidad de sentirse bien, manteniendo un castigo autoimpuesto. 


La vergüenza de ser vistos disfrutando de la vida o el temor a las opiniones ajenas puede, igualmente, obstaculizarnos en el establecimiento de nuevas relaciones y complicar el proceso de duelo. Es esencial reconocer y enfrentar estos sentimientos para permitirnos avanzar, honrando la memoria de nuestro ser querido al vivir plenamente, como sin duda alguna, hubiesen deseado para nosotros.


LOS “Y SI”

¿Y si las circunstancias hubieran sido distintas? Podría haber sido de otra manera, pero revolcarse en esos “y si” solo alimenta el remordimiento, la culpa y los apegos que nos encarcelan en la sombra de nuestros egos. También puedes pensar de esta otra forma:


Desde la perspectiva actual, no es justo juzgarnos por la persona que éramos en el pasado, especialmente en el contexto del duelo por suicidio. La versión de mí que ahora podría criticar por no haber visto las señales o por no actuar de manera diferente, en realidad, no poseía la comprensión o la información que tengo hoy. Es un ejercicio fútil y doloroso reprocharnos por las acciones pasadas con el conocimiento y la sensibilidad que hemos adquirido con el tiempo. La sabiduría que poseemos ahora no estaba a nuestro alcance entonces; por tanto, condenar nuestra ignorancia pasada desde nuestra comprensión presente no solo es injusto, sino también inútil. ¿El remordimiento me aleja o me acerca a la persona fallecida?


PEDIR AYUDA

Existe evidencia de que hablar del tema de suicidio con familiares y amigos, compartiendo pensamientos, miedos, y preocupaciones, puede proporcionar un espacio seguro para expresar emociones. Además, retomar actividades cotidianas después de un tiempo es crucial para el bienestar durante el duelo por suicidio. Estos enfoques terapéuticos buscan ayudar a los supervivientes a navegar por el complejo proceso de duelo, reconociendo la importancia de cuidar el bienestar propio​. 


La literatura científica sugiere que la ayuda psicológica puede ser crucial en el proceso de duelo, especialmente en casos de duelo por suicidio, donde los sentimientos de culpa, vergüenza y aislamiento pueden ser particularmente intensos. Los estudios y recomendaciones terapéuticas destacan la importancia de la expresión emocional, el apoyo social, y en algunos casos, la intervención profesional para facilitar la adaptación al duelo y la reconstrucción de un sentido de normalidad y propósito después de una pérdida por suicidio.


Recuerda que no estás solo y que buscar ayuda es un paso valiente hacia la recuperación. Soy psicóloga clínica experta en procesos de duelo y estoy aquí para ofrecerte mi ayuda.

Si te encuentras en este camino, quiero invitarte a leer más en mi blog, donde he creado un espacio de comprensión y sanación. Juntos, podemos encontrar esa luz en medio de la oscuridad, guiándote hacia un futuro donde el amor y la paz sean los protagonistas de tu historia.




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