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CÓMO AFECTAN LOS SESGOS POSITIVOS EN LA TOMA DE DECISIONES

  • mnwodnik
  • 27 abr
  • 5 Min. de lectura

Actualizado: 10 may

La mente no solo interpreta la realidad: la crea. Es una especie de guionista hiperactivo que, sin pedir permiso, da forma a lo que ves, sientes y decides. Dos personas pueden vivir exactamente la misma situación y, sin embargo, percibirla de manera completamente distinta. ¿Resultado? Malentendidos, conflictos laborales, roces afectivos... y algún que otro drama doloroso e innecesario.

En el centro de todo este escenario están los sesgos cognitivos: esos filtros invisibles que la mente activa para simplificar el mundo. Son atajos que ayudan a decidir rápido, aunque no siempre de forma clara o acertada. Algunos tienen nombre sofisticado, otros pasan desapercibidos, pero todos influyen en el modo en que elegimos, interpretamos y actuamos.


un hombre y una mujer recuerdan de diferente manera
Nuestros sesgos cognitivos influyen nuestra interpretación

En este artículo exploraremos:

1. QUÉ SON LOS SESGOS COGNITIVOS

Los sesgos cognitivos son atajos mentales que el cerebro utiliza para no colapsar ante el exceso de información. En lugar de analizarlo todo en detalle, elige caminos conocidos, interpreta desde la experiencia pasada y rellena huecos con suposiciones. Lo hace rápido, pero no siempre bien.Al final, se termina tomando decisiones no tanto por lo que sucede, sino por cómo lo filtra tu mente. Y aquí es donde entra el trabajo terapéutico.

Antes de avanzar, quiero contarte algo que viví y que ilustra esto de forma tan inocente como profunda.

Sesgos cognitivos: un niño pescando en un inodoro
Nuestros sesgos cognitivos marcan nuestras decisiones

Estando en la India, visité una guardería infantil. La directora me mostró con orgullo las instalaciones, y al llegar al baño me señaló los nuevos inodoros “a la europea”, instalados para mejorar las condiciones sanitarias. Pero había un pequeño problema: los niños más pequeños no sabían usarlos. No porque no pudieran, sino porque no los reconocían como baños. En su contexto cultural, lo natural era el agujero en el suelo. Aquello “nuevo” no tenía sentido.

De hecho, durante los primeros días, algunos jugaban a pescar en ellos. Lo interpretaban como un objeto de juego, no como algo funcional. Y esto, que puede parecer solo una anécdota divertida, encierra una verdad muy seria: vemos el mundo según nuestras referencias previas, no según lo que es.

 ¿Cuántas veces hacemos lo mismo en la vida? Entramos en una relación, un nuevo trabajo, una conversación... e interpretamos desde lo que ya conocemos. A veces decidimos no por lo que está ocurriendo, sino por lo que creemos que está ocurriendo.

Esto puede tener consecuencias. En el trabajo, puede llevar a juzgar erróneamente a un compañero. En la vida afectiva, a interpretar una frase neutra como una crítica. Y en decisiones importantes, a elegir lo cómodo en vez de lo sensato, coherente aunque esté fuera de nuestra zona de confort.

Ejemplos comunes:

  • Sesgo de confirmación: solo se ve la información que reafirma lo que ya se cree. Si piensas que algo va a salir mal, tu mente buscará pruebas de ello… incluso si no las hay.

  • Sesgo de disponibilidad: lo más reciente o impactante se siente más real. Si alguien cercano ha tenido una mala experiencia amorosa, quizá creas que todas las relaciones son peligrosas.

  • Efecto halo: una sola cualidad positiva (o negativa) contamina la percepción global. ¿Te suena eso de “como es simpático, seguro que es buen jefe”?

Al final, se termina tomando decisiones no tanto por lo que sucede, sino por cómo lo filtra tu mente con sus pensamientos y sentimientos. Y aquí es donde entra el trabajo terapéutico.

2. SESGOS COGNITIVOS Y TERAPIA

Desde un enfoque integrativo, se entiende que los sesgos no son errores aislados, sino parte de un sistema más amplio que incluye pensamientos, emociones, experiencias previas y dinámicas relacionales.

  • Terapia Cognitivo-Conductual (TCC): se centra en identificar pensamientos automáticos y patrones de interpretación. Una vez detectados, se pueden cuestionar y reformular.

  • Terapia Humanista: invita a conectar con la experiencia presente y con los valores personales, ayudando a decidir desde la autenticidad y no desde el miedo.

  • Terapia Sistémica: pone el foco en cómo los sesgos se refuerzan en las relaciones familiares, de pareja o de trabajo. A veces se repiten decisiones que en realidad no son propias, sino heredadas emocionalmente.

  • Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT): permite tomar distancia de los pensamientos distorsionados sin intentar eliminarlos, y elegir actuar desde lo que importa, no desde lo que la mente teme.

Comprender cómo funciona tu mente no significa controlarla por completo, pero sí aprender a no dejarse llevar ciegamente por sus automatismos.

3. CÓMO SUPERAR LOS SESGOS COGNITIVOS

Aquí van algunas estrategias prácticas para empezar a desactivar estos filtros mentales, sin caer en la obsesión por “pensar bien”:

  1. Observar el tipo de sesgo que más se repite en tus decisiones.

  2. Anotar pensamientos automáticos cuando una decisión te genere ansiedad o bloqueo.

  3. Buscar activamente otras interpretaciones posibles a una misma situación.

  4. Preguntar a alguien de confianza qué percibe desde fuera.

  5. Aplicar el “principio del 10-10-10”: ¿cómo afectará esta decisión en 10 minutos, 10 meses y 10 años?

  6. No decidir en estados de cansancio emocional, hambre o presión.

  7. Diferenciar entre intuición y sesgo: la intuición es sutil, el sesgo suele gritar.

  8. Revisar si estás actuando por miedo a perder, más que por deseo auténtico.

  9. Usar el humor interno: preguntarse “¿esto lo piensa mi yo adulto o mi yo dramático?”.

  10. Practicar la autocompasión cuando identifiques un sesgo, sin culparte.

  11. Restablecer tu autoconcepto equivocarse es parte del camino a la sabiduría.

EJEMPLO PRÁCTICO

Javier, 52 años, duda entre aceptar una oferta de trabajo o quedarse en su empleo actual. Cree que “todo cambio acaba mal” y que “no está hecho para nuevos entornos”. En terapia, se identifica un sesgo de negatividad y un sesgo de confirmación reforzado por experiencias pasadas no elaboradas emocionalmente. A través de un proceso de revisión de creencias, visualización de escenarios y conexión con sus valores, logra tomar una decisión más ajustada a su presente y no a sus miedos antiguos.

REFLEXIÓN

"El ojo no ve cosas, sino figuras de cosas que significan otras cosas."— Italo Calvino

¿Desde qué parte de ti estás decidiendo últimamente?¿Tu mente te está mostrando el mundo… o solo una versión limitada de él?¿Y si tu “mala decisión” pasada fue simplemente una decisión hecha con los recursos que tenías entonces?

La mente es como una app de filtros fotográficos. Te hace verlo todo con un matiz específico. No se trata de quitarle los filtros, sino de saber que están ahí. Y elegir, de vez en cuando, mirar sin ellos.

Cuando entiendes cómo actúan los sesgos cognitivos, se abre un espacio entre lo que piensas y lo que eliges. Un espacio donde hay libertad, claridad y posibilidad.

Si deseas explorar cómo tomar decisiones más conectadas con tu presente y menos condicionadas por automatismos mentales, podemos hacerlo juntas.




 
 
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