top of page

ACUERDOS EN LA PAREJA: NEGOCIAR O CONECTAR

  • mnwodnik
  • hace 14 minutos
  • 4 Min. de lectura

Cuando hablamos de relaciones de pareja, muchas veces nos enseñaron a negociar: tú das un poco, yo doy otro poco. Pero, ¿qué ocurre cuando esa lógica ya no funciona? ¿Y si los acuerdos en la pareja no tienen que ver con ceder, sino con crear algo juntos?

Negociar implica contar lo que se da y se recibe, casi como un contrato. Pero acordar implica mirar desde el corazón y preguntarse:¿Qué podemos construir desde lo que ya somos, y no desde lo que nos falta? ¿Cómo podemos ir más allá del legado familiar o de nuestras heridas?

Este artículo explora por qué a veces razonar demasiado nos aleja del amor, cómo podemos pasar del conflicto al entendimiento, y cómo construir acuerdos reales en la pareja, en cualquiera de sus fases: desde el enamoramiento hasta después de una separación.

pareja de espaldas uno al otro

En este artículo exploraremos:

1. ACUERDOS EN LA PAREJA: LA RELACIÓN ESTÁ EN CRISIS

Muchas parejas llegan al punto de no soportarse. Siguen juntas por los hijos, por miedo, por costumbre, por dependencia emocional... Pero en el fondo, sienten que han perdido el amor en el vínculo.

Aquí, hablar de acuerdos no es buscar milagros, sino rescatar lo mínimo necesario para volver a entenderse, aunque duela.

  • ¿Podemos volver a hablar sin reproches?

  • ¿Estamos dispuestos a mirar al otro sin exigir que cambie?

  • ¿Existe todavía una parte que quiera sanar o ya solo queremos tener razón?

  • ¿Nuestros hijos se beneficiarán de que acordemos y negociemos en paz?

En estos momentos, acordar es un acto de humildad. Un intento de reconstruir puentes sin idealizar el resultado.

2. ACUERDOS EN LA PAREJA: ETAPA DE ENAMORAMIENTO

Cuando todo es nuevo, parece fácil. Se hacen planes, se dicen promesas, se cree que todo irá bien y siempre. Pero incluso aquí, los acuerdos en la pareja son necesarios.

  • ¿Qué queremos crear juntos?

  • ¿Qué valores compartimos?

  • ¿Qué tipo de relación queremos construir?

Acordar desde el amor temprano no es cortar las alas, es dar dirección al vuelo.

3. ACUERDOS EN LA PAREJA: YA SE CONOCEN EN PROFUNDIDAD

Aquí empieza la verdadera relación. Además de las vivencias de enamoramiento, vemos y mostramos más de nosotros mismos. Aparecen las sombras, las heridas, las diferencias profundas. Y también, si se cultiva bien, una conexión más real.

En esta etapa, acordar no es fácil, pero es más necesario que nunca.

  • ¿Podemos aceptar que no somos iguales?

  • ¿Podemos respetar las heridas del otro sin tomarlas como ataques?

  • ¿Podemos amar también en las diferencias?

En el amor adulto no se trata de compatibilidad perfecta, sino de navegar las diferencias con respeto al sistema de valores del otro.

4. ACUERDOS EN LA PAREJA TRAS UNA SEPARACIÓN

Incluso cuando la historia ya terminó, siguen existiendo decisiones que tomar. Si hay hijos, propiedades, proyectos conjuntos, el vínculo continúa de otra forma.

Aquí, los acuerdos en la pareja ya no toman ese tinte romántico de la fase de enamoramiento.

  • ¿Cómo vamos a tratarnos?

  • ¿Vamos a seguir hiriéndonos o a construir una distancia sana?

  • ¿Qué lugar le damos al pasado sin quedarnos atrapados en él?

Las personas que superan la separación, no se sanan olvidando, sino resignificando y respetando lo que fue.

5. PREGUNTAS CLAVE PARA FOMENTAR ACUERDOS EN LA PAREJA

Estas preguntas no buscan respuestas inmediatas. Solo abren espacio para pensar, sentir, y hablar con más corazón que cabeza.

  • ¿Queremos tener razón o cuidar el vínculo?

    ¿Levantar muros o tender puentes?

  • ¿Esto lo diría si supiera que es la última vez que hablamos?

  • ¿Estoy cediendo para evitar el conflicto o porque lo siento de verdad?

  • ¿Esto que propongo acerca o aleja?

  • ¿Estoy llevando la cuenta de lo que doy? (Si es así, no estoy amando: estoy negociando)

Cuanto más razonas, menos amas. Cuanto más amas, menos negocias y más acuerdas.


pareja camina de noche

6. EJEMPLO PRÁCTICO DE UN ACUERDO EMOCIONAL

Lucía y Juan estaban a punto de separarse. Cada conversación terminaba en reproches. Habían probado de todo: bajar el volumen, pausas, silencio. Nada funcionaba hasta que se perdonaron mutuamente. Hasta que un día, durante la sesión de terapia, uno de los dos dijo:

—“No quiero que hablemos para resolver. Quiero que hablemos para entendernos.”

Eso cambió el tono. No solucionaron todo, pero empezaron a hablar distinto. Acordaron una sola cosa: “Cada semana, 20 minutos para escucharnos, sin interrumpir, sin defendernos, solo para entendernos.”

Fue el primer acuerdo real que no nació del miedo ni de la culpa, sino de un deseo auténtico de cuidar el vínculo.

REFLEXIÓN FINAL

Acordar no es ceder siempre. Tampoco es hacer concesiones sin sentido. Es decir:“Esto soy, esto necesitas tú, y esto podemos crear juntos.”

Las parejas no se rompen solo por falta de recursos en solucionar problemas. Se rompen por cómo se comunican sobre esos problemas. Y ahí es donde una actitud de acordar puede generar grandes cambios y beneficiar a todos, especialmente a los hijos.




 
 
bottom of page