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Trastornos alimentarios

Los trastornos alimentarios son problemas graves que dañan la salud física y mental; desgraciadamente afectan a millones de personas en todo el mundo. Estos trastornos implican comportamientos alimentarios extremos y perjudiciales que pueden poner en peligro la salud física y psicológica de quienes los padecen y también a sus familiares. La influencia de las redes sociales, la cirugía plástica y una sociedad más preocupada en aparentar que en ser, han exacerbado la situación, afectando tanto a jóvenes como a mayores. Además, la paradoja global muestra que hay más personas afectadas por la obesidad que por el hambre, con más de mil millones de personas viviendo con obesidad en comparación con entre 720 y 811 millones que enfrentan hambre (World Health Organization (WHO)) (FAOHome) (UN News)​.


En este artículo exploramos:



Trastorno alimentario
Trastorno alimentario

¿Qué es un trastorno alimentario?

Los trastornos alimentarios conllevan emociones aflictivas, que generan sufrimiento, relacionadas con comportamientos alimentarios persistentes que afectan negativamente la salud, los pensamientos, las emociones y la capacidad de funcionar en áreas importantes de la vida. Los tipos más comunes de trastornos alimentarios incluyen la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa, el trastorno por atracón y, en algunos contextos, la obesidad cuando está asociada con patrones de alimentación desordenados. Estos trastornos a menudo coexisten con otras condiciones de salud mental, como la depresión y la ansiedad.


Causas y factores de riesgo de los trastornos alimentarios

Las causas exactas de los trastornos alimentarios no se conocen completamente, pero varios factores pueden contribuir a su desarrollo:

  • Genética: Tener un familiar cercano con un trastorno alimentario aumenta el riesgo.

  • Factores psicológicos: La baja autoestima debido a un autoconcepto débil o fragmentado, el perfeccionismo y la impulsividad pueden predisponer a una persona a desarrollar un trastorno alimentario.

  • Factores socioculturales: Las presiones sociales para cumplir con ideales de belleza poco realistas pueden contribuir significativamente. La influencia de las redes sociales solo agrava esta influencia negativa. .

  • Historia de trauma: Experiencias traumáticas, como el abuso físico, sexual o emocional así como el acoso moral pueden desencadenar trastornos alimentarios.


Señales de alerta y síntomas

Reconocer los síntomas de los trastornos alimentarios es crucial para buscar ayuda temprana. Estos síntomas pueden incluir:

  • Preocupación excesiva por el peso y la forma del cuerpo

  • Patrones de alimentación anormales: Restricción extrema de alimentos, episodios de atracones o purgas

  • Cambios drásticos de peso: Pérdida o aumento significativo de peso

  • Aislamiento social: Evitar situaciones sociales que impliquen comer

  • Síntomas físicos: Fatiga, mareos, pérdida de cabello, alteraciones del sueño, problemas digestivos

  • Comportamientos compulsivos: Ejercicio excesivo, uso de laxantes o diuréticos, compra de prendas y devoluciones continuamente


Estrategias de prevención y manejo

Prevenir y manejar los trastornos alimentarios implica una combinación de estrategias, que pueden incluir:

  • Terapia sistémica: Desde una visión amplia e integradora, aborda las dinámicas familiares y sociales que pueden contribuir al desarrollo y mantenimiento de los trastornos alimentarios.

  • Terapia cognitivo-conductual (TCC): Ayuda a las personas a cambiar patrones de pensamiento negativos y comportamientos que contribuyen a los desórdenes en los patrones alimentarios.

  • Educación sobre la nutrición: Aprender sobre la nutrición adecuada puede ayudar a combatir los mitos y las ideas erróneas sobre la alimentación.

  • Terapia nutricional: Asesoramiento con un nutricionista profesional para desarrollar hábitos alimentarios saludables.

  • Técnicas de relajación: Practicar mindfulness, respiración profunda y otras técnicas de relajación puede ayudar a reducir la ansiedad relacionada con la alimentación.

  • Apoyo social: Dialogar con amigos y familiares sobre los problemas alimentarios y las situaciones que los desencadenan, así como recibir su apoyo puede ser muy beneficioso.

  • Terapia de grupo: Participar en grupos de apoyo puede proporcionar un entorno seguro para compartir experiencias y obtener apoyo.

  • Terapia de aceptación y compromiso (ACT): Ayuda a las personas a aceptar sus pensamientos y sentimientos sin juzgarlos y a comprometerse con acciones que estén en consonancia con sus valores.

  • Ejercicio moderado: Incorporar una rutina de ejercicio saludable que no sea excesiva puede mejorar la salud física y mental.

  • Desarrollo de habilidades de afrontamiento: Aprender nuevas formas de manejar el estrés y las emociones sin recurrir a comportamientos alimentarios dañinos.

  • Medicamentos: En algunos casos, los antidepresivos o ansiolíticos pueden ser útiles.



Trastorno alimentario en jóvenes
Trastorno alimentario en jóvenes

Estadísticas sobre los trastornos alimentarios

Los resultados de múltiples estudios nos muestran la magnitud del problema:

  • Prevalencia: Aproximadamente el 1% de las mujeres jóvenes sufre de anorexia nerviosa, y entre el 1% y el 2% de las personas desarrollarán bulimia nerviosa en su vida (Fuente: National Institute of Mental Health).

  • Mortalidad: Los trastornos alimentarios tienen la tasa de mortalidad más alta de cualquier enfermedad mental. La anorexia nerviosa, en particular, tiene una tasa de mortalidad de alrededor del 5-10% dentro de 10 años de diagnóstico (Fuente: Academy for Eating Disorders).

  • Inicio temprano: Más del 50% de las adolescentes reportan usar comportamientos poco saludables para controlar su peso, como saltarse comidas, ayunar, fumar cigarrillos o vomitar (Fuente: National Eating Disorders Association).


Reflexión sobre el impacto social

Los trastornos alimentarios no solo afectan a quienes los padecen, sino también a sus familias y amigos. La lucha contra estos trastornos puede llevar al aislamiento social, afectar las relaciones personales y tener consecuencias graves para la salud física y psicológica. Reflexionar sobre el impacto social de los trastornos alimentarios nos ayuda a entender la importancia de buscar ayuda y apoyo.


Historia personal: la experiencia de Ana

Ana, una joven de 19 años, comienza a desarrollar un trastorno alimentario durante su último año de secundaria. Inicialmente, empieza a restringir su ingesta de alimentos con la esperanza de perder peso para cumplir con los estándares de belleza que comparte con sus amigas influenciadas por las redes sociales. Con el tiempo, esta restricción se convierte en una obsesión, y Ana comienza a evitar las comidas familiares y a mentir sobre lo que come.


El peso de Ana disminuye drásticamente y su salud física se deteriora. Sus padres, preocupados, buscan ayuda profesional. Ana comienza terapia. Después de una sesión familiar con sus padres, abuela y hermanos recibe su apoyo. También trabajamos en establecer los límites de lo que es o no aceptable para su familia. Pronto trabaja con un nutricionista para desarrollar una relación más saludable con la comida. Ana aprende a identificar sus emociones, ponerles un nombre y gestionarlas. Se entrena en observar sus pensamientos negativos sin identificarse con ellos y a desarrollar estrategias para enfrentarlos. A través de la terapia, Ana aprende a desafiar los estándares de belleza poco realistas y a valorar su cuerpo por lo que es.


Después de un año de tratamiento, Ana logra recuperar un peso saludable y mejora su relación con la comida. Asimismo, sanea las relaciones con sus familiares y amigas y resetea su escala de valores, dejando en el pasado aquello que era destructivo. Aunque todavía enfrenta desafíos, ha aprendido a manejar su ansiedad y a no dejar que el trastorno alimentario controle su vida. La historia de Ana es un testimonio de que, con el apoyo adecuado y la determinación, es posible superar los obstáculos que presentan los trastornos alimentarios.


Los trastornos alimentarios son una batalla difícil, pero con las estrategias y el apoyo adecuados, es posible recuperar el control sobre la vida. Si alguna vez has sentido que tu relación con la comida te impide vivir plenamente, recuerda que no estás solo. Buscar ayuda es el primer paso hacia la recuperación. Reflexiona sobre tus hábitos y no dudes en buscar ayuda si lo necesitas. Recuerda, tu bienestar emocional y físico es fundamental para una vida plena y satisfactoria.




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