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FORTALECER TU RESILIENCIA LABORAL CUANDO CAMBIAN LAS REGLAS

  • mnwodnik
  • hace 6 días
  • 5 Min. de lectura

En el trabajo, lo único constante parece ser el cambio… y muchas veces, sin previo aviso. Nuevas reglas, nuevas prioridades, nuevas formas de hacer o de plantear… Cuando quien lidera modifica el rumbo de forma repentina, la resiliencia laboral se convierte en una habilidad esencial. No se trata de tolerarlo todo sin rechistar, sino de adaptarse con conciencia, sin perder el eje interno.

Ese instante en el que te das cuenta de que las reglas han cambiado —otra vez— puede sentirse como si estuvieras corriendo una maratón... y alguien moviera la línea de llegada. De pronto, las certezas se desdibujan, el ritmo cambia y el cuerpo reacciona: tensión muscular, irritabilidad, insomnio, dudas. ¿Te suena? Estás “agmigdalado”.

Pero incluso en medio del cambio organizacional, hay formas de conservar el equilibrio emocional y seguir adelante sin traicionarte a ti mismo. Porque resiliencia laboral no es ceder, sino ir más allá de la primera reacción y elegir cómo responder a lo inesperado.


Mujer en campo de juncos

En este artículo exploraremos:

1. QUÉ SIGNIFICA LA RESILIENCIA LABORAL

Resiliencia laboral es la capacidad de adaptarse de forma saludable y flexible a las demandas cambiantes del entorno profesional, manteniendo el bienestar psicológico, los valores personales y la conexión interna. No implica resignación, más bien un ajuste activo, con claridad y propósito. Según Boris Cyrulnik: “La resiliencia es la capacidad de una persona para vivir, desarrollarse y proyectarse a pesar de la adversidad.”

El origen del término resiliencia proviene de la física: un material resiliente es aquel que recupera su forma original después de ser presionado. En el contexto laboral, se traduce como la habilidad de sobrellevar el estrés laboral, los cambios repentinos o las exigencias inesperadas sin quebrarse, incluso saliendo fortalecido.

En la práctica, esto significa poder reformular un plan cuando las metas cambian, replantear prioridades sin agotarte emocionalmente y, sobre todo, evitar respuestas automáticas que perpetúan el desgaste.

Cuando el liderazgo es inestable o poco claro, como ocurre cuando un jefe modifica las reglas de manera unilateral, se activa el sistema de alarma interno. En esos momentos, desarrollar resiliencia laboral nos permite responder desde un lugar más centrado, evitando reacciones impulsivas y reconectando con lo que sí depende de uno.

2. PERSPECTIVAS TERAPÉUTICAS PARA FORTALECER LA RESILIENCIA LABORAL

Desde una Terapia Cognitivo-Conductual, se trabaja con los pensamientos automáticos que emergen frente al cambio organizacional. La mente puede interpretar estas situaciones como amenaza: “esto es injusto”, “no voy a poder adaptarme”, “nadie valora mi trabajo”. Reestructurar estas ideas favorece una respuesta más adaptativa y menos reactiva.

En la Psicología Humanista, el foco está en validar lo que uno siente frente a la incertidumbre, reconociendo la importancia de no desconectarse emocionalmente en entornos laborales demandantes. La resiliencia laboral, desde esta mirada, nace del respeto hacia uno mismo y del contacto con los propios valores.

Desde la Terapia Sistémica, se analiza cómo los cambios de reglas afectan las relaciones dentro del equipo. ¿Cómo responde el grupo ante la autoridad cambiante? ¿Qué roles emergen en esos momentos? Identificar patrones permite ampliar la mirada y entender que uno no está solo en el impacto.

La Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) plantea que no es necesario luchar contra cada cambio, sino aceptar lo que no se puede controlar y actuar según lo que realmente importa. En este enfoque, la resiliencia laboral se nutre de la flexibilidad psicológica y del compromiso con acciones alineadas a valores profundos.

3. ESTRATEGIAS PARA ENTRENAR LA RESILIENCIA LABORAL

A continuación, te ofrezco algunas estrategias para fortalecer tu resiliencia laboral ante cambios inesperados:

  1. Identificar tres aspectos que sí están bajo tu control

    Puede ser tu organización del tiempo, tu forma de comunicarte o tu actitud ante los imprevistos.

  2. Observar tus pensamientos sin aferrarte a ellos

    Notar las interpretaciones automáticas sin darles todo el poder. Infórmate sobre cómo gestionar el trabajo bajo presión.

  3. Ejercitar la respiración consciente en momentos de tensión

    Respirar de forma pausada activa el sistema parasimpático, reduciendo el impacto del estrés laboral.

  4. Crear micro-rituales de cierre al final de la jornada

    Escuchar música, caminar o escribir unas líneas pueden ayudarte a recuperar tu centro.

  5. Fomentar espacios de diálogo con colegas de confianza

    Compartir lo que sientes te permite descomprimir y encontrar apoyo emocional.

  6. Establecer límites claros sin confrontar

    Aprender a decir “necesito entender mejor este cambio” o “me gustaría revisar juntos este nuevo proceso” desde la amabilidad.

  7. Revisar tus valores profesionales

    ¿Qué te trajo a este trabajo? ¿Qué quieres conservar más allá de los cambios?

  8. Imaginar diferentes escenarios posibles

    Anticipar cómo podrías actuar ante distintas decisiones del liderazgo, sin caer en la catástrofe.

  9. Registrar tus logros cotidianos

    Hacer visible lo que sí funciona fortalece tu sentido de eficacia personal.

  10. Visualizar tus objetivos a corto, medio y largo plazo.

    Apuntar a las estrellas para alcanzar la luna te lleva a esforzarte en dar lo mejor de ti momento a momento, sin enredarte y sin perder la perspectiva.

  11. Entrenar una mente flexible.

    Esa que no se apega a resultados ni tampoco al poder de tener la razón.

  12. Poner conciencia en la dificultad de BANI

    Vivimos en un mundo frágil, ansioso, no lineal e incomprensible. Adaptarse a este contexto sin perder el equilibrio es un verdadero reto.

  13. Buscar acompañamiento terapéutico si sientes que el malestar se sostiene

    Trabajar con un profesional puede ayudarte a reencuadrar lo que está pasando y fortalecer tu resiliencia laboral.


Hombre admirando un árbol centenario

EJEMPLO PRÁCTICO

Jaime, coordinador de un equipo de ventas, enfrentó tres cambios de política interna en menos de un mes. Las reglas parecían moverse sin orden alguno. En vez de reaccionar con enojo, tomó una pausa, llamó a su compañero de facultad para sentirse apoyado.  Anotó tres cosas que sí podía controlar. Se motivó contemplando ese momento como un reto a superar para conseguir sus metas a medio plazo.

  1. Cómo organizar a su equipo

  2. Cómo dar feedback

  3. Cómo cuidar su propio ritmo

Al enfocarse en eso, recuperó una sensación de adaptación activa. No porque el entorno mejorara, sino porque él fortaleció su capacidad de elegir cómo responder.

REFLEXIÓN

“Cuando no podemos cambiar una situación, el desafío es cambiarnos a nosotros mismos.”—Viktor Frankl

¿Qué parte de ti se activa cuando todo cambia de forma imprevista? ¿En qué áreas de tu vida laboral necesitas entrenar mayor flexibilidad? ¿Qué decisiones están al alcance de tu mano, incluso en medio del cambio?

La resiliencia laboral no se trata de soportar en silencio, sino de elegir conscientemente cómo responder. Como si fueras un árbol: no puedes evitar el viento, pero sí puedes fortalecer tus raíces.

Si sientes que los cambios te superan o te desconectan de ti, quizás sea el momento de revisar tus herramientas internas.




 
 
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