Así es …nuestra condición humana y así son nuestras expectativas…NADIE queremos sufrir y TODOS deseamos ser felices. Por eso HUIMOS del dolor y nos refugiamos en una vida repleta de bienestar, de satisfacción hedonista con una actitud cortoplacista. ¿Pero esta estrategia nos ayuda o nos aleja de la verdadera felicidad?
📙En la pág. 31 de DETRÁS DEL ARCOÍRIS. LA SUPERACIÓN, los protagonistas también caen en este desdichado patrón de abordaje del sufrimiento.
“La vida de pareja se tornó previsible y defensiva. Se acostumbraron a medir la felicidad por los bienes que generaban y hacían más cómodos sus días y por la ausencia de riesgo. En sus ratos de ocio, ella contaba y bordaba punto de cruz y él limpiaba el jardín de malas hierbas o insectos. Después, se entretenían con series en Netflix, a las que se habían vuelto adictos. Nada, ni la lectura, ni el deporte, ni salir con los amigos les gustaba más que anestesiar la mente de serie en serie. Se terminaba una y se enganchaban a la siguiente. Aprendieron a vivir dentro de una pecera que les daba seguridad ante los terribles miedos que cargaban día y noche sobre sus espaldas, miedo a sufrir, miedo a morir, miedo a vivir”.
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